Durante décadas, hemos intentado atacar los síntomas de la leishmaniosis, una enfermedad antes mortal de necesidad en el perro, y parece que lo vamos consiguiendo.
Pero el cliente que acude preocupado a la clínica, quizá sólo porque adelgaza rápidamente,tendrá que dedicar una gran parte de su presupuesto en el tratamiento, y no siempre el sufrimiento del animal durante este proceso puede evitarse.
La terapia consiste en inyecciones (mínimo veinte), análisis de sangre que confirme nuestras sospechas, química sanguínea que nos diga si hay órganos fundamentales dañados y si soportarán el tratamiento, medicación oral diaria hasta cuatro meses (tres o cuatro pastillas diferentes), nuevos análisis de sangre para ver si baja el título de anticuerpos y protección adicional mediante repelentes de insectos ( de eficacia científica comprobada) para este mismo perro y para evitar la difusión a otros congéneres y sus dueños, puesto que la enfermedad es una zoo-antroponosis (se contagia al hombre).
El freno de la enfermedad viene de la mano de la vacuna que se comercializa en España desde hace 2 años y que se ha estado probando durante diez años en Brasil, que aparte de ser el país sede del Mundial de Fútbol de 2014, ostenta el dudoso título de poseer la enfermedad con una prevalencia tan alta que la hace endémica.
La eficacia de la vacuna es del 97,3 %. No es barata para el bolsillo pero el tratamiento es muchísimo peor.
Entonces, felicitémonos por proteger a nuestras mascotas con lo último en eficacia.
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