La tecnología también ha llegado a algunos quirófanos de las clínicas veterinarias. Lo que antes era operar, así por las bravas, tanto en las operaciones con pacientes humanos en los hospitales como en las mascotas, ha pasado a la historia. O al menos,eso es lo que debería ser. Me explico.
Las técnicas quirúrgicas han cambiado poco, por ejemplo el procedimiento,la secuencia, el "paso a paso", que se realiza con el instrumental y las manos. También la esterilidad necesaria de los materiales que vamos a necesitar( bisturí, tijeras,guantes, agujas y suturas) se conoce desde hace mucho tiempo.
Pero en los últimos diez o quince años lo que ha cambiado ha sido sobre todo, el acceso de nuestra profesión a aparatos de electromedicina, y no precisamente porque sean más baratos que los que emplean los médicos, sino a veces todo lo contrario, porque necesitan adaptaciones al uso en animales.
La seguridad que da realizar pruebas sanguíneas antes de las operaciones y los monitores de constantes vitales durante ellas no tiene parangón.
Con ayuda de aparatos de análisis, a partir de unas cuantas gotas de sangre de tu mascota, en la Clínica puedo ver cómo se va a comportar su hígado, sus riñones ante la anestesia y los medicamentos que harán falta también después (analgésicos, antibióticos, corticoides); cómo será el sangrado y la coagulación en la operación, si tiene algo de anemia,si es diabético y cicatrizará peor.
El registro de ritmo cardiaco o enfermedades del corazón, la profundidad de la anestesia (pérdida de la consciencia) y la analgesia ("no le duele"), el ritmo y profundidad de las respiraciones, presión sanguínea,concentración de oxígeno y anhídrido carbónico, todos los podemos monitorizar con aparatos durante una operación cuando se emplea anestesia general.
La experiencia de haber realizado muchas operaciones para un veterinario experto es muy valiosa, pero la tecnología está descubierta y hay que usarla porque realmente es útil.
Afortunadamente, la legislación vigente desde julio del año corriente, se ha acordado de que no se puede operar de cualquier forma y en cualquier sitio, tienen que haber unas condiciones que no todos, ni mucho menos, los quirófanos de clínicas de mascotas cumplen.
Después de una intervención, el despertar rápido y apacible de los animales demuestra al propietario un buen uso de las técnicas quirúrgicas, la anestesia y la analgesia.
En definitiva, una operación no sólo es un "corta y pega". Démosles a las operaciones el valor que tienen.
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